lunes, 30 de agosto de 2010

condiciones de shaahaadah

Las Condiciones de la Shahaadah
-Conocimiento
-Certeza
-Aceptación
-Sumisión y acatamiento
-Veracidad
-Sinceridad pura
-Amor
-Negación de toda deidad excepto Dios
-Respeto hasta la muerte
“Y que Muhammad es el Mensajero de Allah”
-El Profeta elegido
-Un profeta para todo tiempo y lugar
-Prédica perfecta
Las obligaciones de la Shahaadah
-Amor
-Modelo a seguir
Reglas con respecto a quien viole la Shahaadah
Las condiciones de ‘La ilaaha il-la Allah’
Los musulmanes saben que la llave para entrar al Paraíso
es la frase “No hay más divinidad que Allah”. Pero
muchos musulmanes creen que basta con decirlo para
estar salvo de todo mal. Debido a esta mera expresión
verbal de la shahaadah, creen que alcanzarán el Paraíso.
Sin embargo, no basta con decir la frase para obtener la
salvación. De hecho, los hipócritas solían decir “atestiguo
que no hay más divinidad que Allah...” pero Allah los
describe como mentirosos y dice que vivirán en el abismo
más profundo del Fuego del Infierno.
Tal como han expresado muchos sabios, esta frase o
testimonio, es la llave para el Paraíso. Sin embargo, para
decirlo hay que cumplir con ciertas condiciones. Al-Hasan
al-Basrí le dijo una vez a una persona:
“¿Qué has preparado para la muerte”. Este respondió: “El
testimonio de que nadie es digno de ser adorado excepto
Allah”. Al-Hasan le dijo: “Hay ciertas condiciones para
ello. Y ten cuidado con difamar a las mujeres castas”.
El famoso Seguidor1 Wahb ibn Munabbih fue consultado
una vez:
1 Seguidor, o Taabi‘i en Árabe. Quien haya conocido a un Sahaabah
“¿No es acaso la frase La ilaha il-la Allah la llave al
Paraíso?”. Su respuesta fue “Sí, pero toda llave tiene sus
características únicas. Si vienes con la llave correcta, se te
abrirá la puerta. Pero si tu llave no es la correcta, no se te
abrirá la puerta”.
Esas características son las condiciones que diferencian a
los musulmanes que se beneficiarán del testimonio de
aquellos que no se beneficiarán de él, sin importar
cuántas veces al día lo pronuncien.
Antes de discutir las condiciones de la shahaadah, hay un
punto más a establecer. Algunas personas tienen la
tendencia de tomar un hadiz o versículo coránico y luego,
según ese único texto, llegar a una conclusión general
basándose solamente en ese texto. Por ejemplo, uno
puede concluir a partir de algún hadiz que quien diga
“No existe divinidad excepto Allah” entrará al Paraíso.
Pero, en realidad, uno debe tener en cuenta que el Corán
y los hadices se complementan y explican entre sí. Para
encontrar la posición correcta sobre cualquier pregunta,
uno debe unir todos los versículos Coránicos y los hadices
relacionados y ver cuál es la verdadera postura islámica al
respecto. Lo mismo se aplica para las condiciones de la
shahaadah.
Un estudio de los versículos del Corán y los hadices del
Profeta () demuestran que las condiciones de la
shahaadah son siete, ocho, o nueve según cómo uno las
analice. Es importante que todo musulmán se asegure de
cumplir con dichas condiciones en su propia vida con
respecto a su propio testimonio de fe.
Conocimiento
La primera condición es el conocimiento: Se debe tener el
entendimiento básico de lo que significa la shahaadah. Se
debe entender lo que la shahaadah afirma y lo que la
shahaadah niega. Allah dice en el Corán:
“Sabe [¡Oh, Muhammad!] que no hay nada ni nadie
con derecho a ser adorado salvo Allah, e implora el
perdón de tus faltas y la de los creyentes y las
creyentes.” (47 : 19).
De igual manera, el Profeta () dijo:
“Aquel que muera sabiendo que nadie es digno de
alabanza excepto Allah entrará al Paraíso”. (Registrado
por Muslim)
De hecho, la shahaadah misma es un testimonio. Cuando
uno testifica algo, debe saber acerca de qué está
testificando. Obviamente, un testimonio sobre algo de lo
que uno no tiene conocimiento es inaceptable. Allah dice
en el Corán:
“[¡Oh, incrédulos!] Aquellos que invocáis en vez de
Allah no poseen la facultad de interceder por nadie;
sólo la tendrán [quienes] atestiguan la Verdad con
conocimiento.” (43 : 86).
Por lo tanto, los fundamentos básicos de la shahaadah
deben ser entendidos por la persona que la atestigua. Si
no comprende, por ejemplo, que Allah es el único digno
de alabanza y que todas las demás divinidades son falsas,
entonces no tiene siquiera el entendimiento más
elemental de lo que está testificando. Tal shahaadah no
puede ser considerada como aceptable para Allah.
Certeza
La segunda condición de la shahaadah es la certeza o aliaqin.
Es lo opuesto de la duda y la incertidumbre. De
hecho, en el Islam todo tipo de duda con respecto a algo
que está confirmado en el Corán o la Sunnah equivale a
kufr o incredulidad. En el corazón, uno debe estar
absolutamente convencido de la verdad de la shahaadah.
El corazón no debe vacilar de ninguna manera al testificar
la verdad de “No existe nadie digno de alabanza excepto
Allah”. Allah describe a los verdaderos creyentes como
aquellos que creen en Allah y que sus corazones no
vacilan. Allah dice:
“Por cierto que los verdaderos creyentes son quienes
creen en Allah y en Su Mensajero, y no dudan en
contribuir con sus bienes o luchar por la causa de
Allah. Ésos son los sinceros en la fe.” (49 : 15)
De igual manera, el Mensajero de Allah () dijo:
“Quien encuentra a Allah (luego de su muerte) con el
testimonio de que no existe nadie digno de alabanza
excepto Allah y que yo soy el Mensajero de Allah, sin
duda alguna sobre la implicancia de la frase, entrará al
Paraíso”. (Registrado por Muslim).
Por otro lado, Allah describe a los hipócritas como
aquellos cuyos corazones vacilan. Por ejemplo, Allah dice
en el Corán:
“Ciertamente quienes pretenden evadir el combate
no creen en Allah ni en el Día del Juicio; sus
corazones están llenos de dudas, y por ello vacilan.”
(9 : 45)
Muchos eruditos han mencionado que las enfermedades
del corazón, o las dudas y sospechas que uno deja entrar
al corazón, son más peligrosas para la fe de una persona
que la lujuria y el deseo. Esto es así porque la lujuria y el
deseo deben satisfacerse en algún momento pero la
persona aún sabe que son malos. En algún momento,
puede llegar a controlarlos, arrepentirse y dejarlos de
lado. En cambio las dudas y sospechas pueden
permanecer en el corazón, sin cura alguna, hasta que la
persona termina por irse del Islam o continúa practicando
el Islam, pero sin tener una verdadera fe.
Una de las mejores curas para estas dudas es el
conocimiento. Un conocimiento firme del Corán y la
sunnah elimina todas, o parte, de dichas dudas. Al
estudiar y entender, uno puede lograr la certeza. Y cuanto
más estudia y aprende la persona, más firme será su
certeza.
Aceptación
La tercera condición de la shahaadah es la aceptación o alqabul.
Si una persona tiene el conocimiento y la certeza de
la shahaadah, debe continuar con aceptación, de palabra y
corazón, de todo lo que implica la shahaadah. Quien se
niegue a aceptar la shahaadah y sus implicaciones, aún si
sabe que es verdad y tiene certeza de esa verdad, será un
falso creyente. Esta negación a aceptar puede deberse a
orgullo, envidia u otras razones. En cualquier caso, la
shahaadah no es auténtica sin su aceptación incondicional.
Los eruditos hablan de esta condición como una
condición general en la manera descrita. Sin embargo, hay
un aspecto más detallado que uno ha de tener en cuenta.
Esta condición también significa creer en todo lo
expresado en el Corán o dicho por el Profeta (), sin
escoger lo que quiere creer o rechazar. Allah dice en el
Corán:
“¿Acaso tomáis una parte del Libro y otra no? ¿Cuál
es la consecuencia de quienes obren así sino la
humillación en la vida mundanal y el más severo
castigo el Día de la Resurrección? Allah no está
desatento de cuánto hacéis.” (2 : 85)
Allah también dijo:
“Un verdadero creyente o a una verdadera creyente
no deben, cuando Allah y Su Mensajero hayan
dictaminado un asunto, actuar en forma contraria; y
sabed que quien desobedezca a Allah y a Su
Mensajero se habrá desviado evidentemente.” (33 :
36)
Sumisión y acatamiento
La cuarta condición de la shahaadah es la sumisión y
acatamiento o al-inqiyaad. Esto implica el cumplimiento
físico y real de la shahaadah a través de acciones. Es uno de
los principales significados de la palabra Islam en sí, “la
sumisión a la voluntad y los mandamientos de Allah”.
Allah ordena lo siguiente en el Corán:
“Arrepentíos ante vuestro Señor y someteos a Él,
antes de que os sorprenda el castigo, y entonces
no seáis socorridos.” (39 : 54)
Allah ha elogiado a quienes se someten a Su
mandamiento a través de acciones. Dice Allah:
“¿Quién practica una mejor religión que aquel
que se somete a Allah, es benefactor y sigue la
religión de Abraham, que era monoteísta?” (4 :
125)
Allah ha establecido como condición de fe la sumisión a
Sus mandamientos y Su Mensajero. Allah dice:
“¡Pero no! Por tu Señor, que no creerán a menos que
te acepten como juez de sus disputas; y no se resistan
a aceptar tu decisión y se sometan completamente.”
(4 : 65)
Tal como se tratará luego en la discusión sobre el fe, la
shahaadah es un testimonio de fe que debe implementarse
en el corazón, la palabra y las acciones. Por ejemplo, en el
corazón, uno debe tener amor por Allah, temor
reverencial de Allah y esperanza en Él. Con la palabra,
uno debe testificar la shahaadah. Con las acciones, se
supone que uno debe implementar lo que el testimonio de
fe exige de la persona. Todo aquel que diga ser musulmán
pero no realice actos acordes, no entiende el Islam o su
testimonio de fe no es auténtico y sincero.
Esto no significa que el verdadero creyente nunca cometa
faltas. De hecho, los verdaderos creyentes también
cometen pecados. Pero siempre y cuando reconozcan que
lo que hicieron no es correcto y es inconsistente con su
deseo y obligación de someterse a Allah, entonces no
habrán violado la firmeza de su testimonio o la shahaadah.
Veracidad
La quinta condición es la veracidad, opuesta a la
hipocresía y la falsedad. Esto significa que cuando uno
dice la shahaadah, lo dice con honestidad y sinceridad. La
persona no miente cuando se trata de su testimonio de fe
o simplemente de tratar de engañar a alguien. El Profeta
() dijo:
“Quien atestigua que no existe nadie digno de alabanza
excepto Allah, con sinceridad desde el corazón, Allah
evitará que caiga en el Fuego del Infierno”. (Registrado
por al-Bujari)
La mayoría de las personas han oído sobre aquellos que
dicen el testimonio de fe pero no lo dicen con honestidad.
No creen en él. Sólo lo dicen para protegerse o para
obtener algún beneficio al hacerlo. Esos son los hipócritas.
Allah los describe al comienzo del Corán con las
siguientes palabras:
“Entre los hombres hay quienes dicen: Creemos en
Allah y en el Último Día, pero en verdad no creen.
Pretenden engañar a Allah y también a los creyentes
pero, sin advertirlo, sólo se engañan a sí mismos. Sus
corazones están enfermos y Allah agravará aún más
su enfermedad. Sufrirán un castigo doloroso por
haber mentido.” (2 : 8-10)
La shahaadah de aquellos que se convierten en
musulmanes sólo para beneficiarse de ello y no porque
creen en el Islam será rechazada por Allah en el Más Allá.
Ellos enfrentarán un doloroso castigo debido a su
mentira.
Sinceridad pura
La sexta condición es la sinceridad pura o ijlaas. Cuando
uno declara la shahaadah, debe hacerlo solo por Allah. No
se debe hacer por ninguna otra razón ni por nadie más
que Allah. De esta manera, el significado de pureza es el
opuesto de shirk, es decir, igualar a Allah con otros. Uno
se convierte en musulmán, y sigue siéndolo, solo para
servir a Allah, para evitar Su ira y Su castigo, y obtener Su
piedad y recompensa. Allah dice a Muhámmed () en el
Corán:
“Ciertamente te hemos revelado el Libro con la Verdad;
adora a Allah rindiéndole culto sincero.” (39 : 2)
También dice:
“Y se les había ordenado [en sus legislaciones, la Torá y
el Evangelio] que adoraran a Allah con sinceridad,
fuesen monoteístas, realizaran la oración y pagaran el
Zakât, pues ésa es la verdadera religión.” (98 : 5)
El Profeta () dijo:
“Allah ha prohibido el Fuego del Infierno a todo el que
diga: ‘No existe nadie digno de adoración excepto Allah’,
y lo diga anhelando el rostro [y la complacencia] de
Allah”. (Registrado por Muslim)
Eso es algo que deberían tener en cuenta todos los
musulmanes, especialmente quienes nacieron y crecieron
en familias musulmanas. Todos deben tener bien claro
que son musulmanes solo por Allah. Un musulmán no
puede ser musulmán debido a sus padres, amigos,
familiares, la comunidad o algún fin mundano. Debe estar
bien claro en la mente que uno es musulmán sólo por
Allah.
Amor
La séptima condición es el amor. Es decir, el creyente ama
esta shahaadah, ama según la shahaadah, ama las
implicaciones y requisitos de la shahaadah y ama a quienes
actúan y se esfuerzan según la shahaadah. Es una
condición necesaria de la shahaadah. Si una persona realiza
la shahaadah pero no la ama a ella ni a lo que representa,
entonces su fe no está completa. No es la fe de un
verdadero creyente. Si no tiene amor por esta shahaadah o
si siente odio por ella, entonces la ha negado.
El verdadero creyente no pone a nadie en el mismo nivel
que Allah cuando se trata de su amor. Allah dice en el
Corán:
“Hay hombres que toman a otras divinidades en lugar
de Allah, y las aman igual que a Allah; pero los
creyentes aman más a Allah de lo que éstos aman a sus
divinidades.” (2 : 165)
También dice:
“Diles [¡Oh, Muhammad!]: Si vuestros padres, hijos,
hermanos, esposas y familiares, los bienes que hayáis
adquirido, los negocios que temáis perder y las
propiedades que poseáis y os agraden son más amados
para vosotros que Allah, Su Mensajero y la lucha por Su
causa, pues entonces esperad que os sobrevenga el
castigo de Allah; y sabed que Allah no guía a los
corruptos.” (9 : 24)
El Profeta () dijo:
“Quien posea tres cualidades alcanzará la dulzura de la
fe. [La primera de ellas] es que ama a Allah y a Su
Mensajero por sobre todas las cosas...” (Registrado por al-
Bujari y Muslim).
Negación de toda otra deidad
La octava condición de la shahaadah es que la persona que
la realiza debe negar todo otro objeto de adoración. Si
bien eso está claro en las palabras del testimonio de fe,
pareciera que no todos lo entendieran así. Por lo tanto,
debe mencionarse explícitamente.
En surah al-Báqarah, Allah les recuerda a los musulmanes
la importancia de este aspecto de la shahaadah. La
shahaadah no es sólo una afirmación, sino una afirmación
y una negación. Dice Allah:
“La guía se ha diferenciado del desvío. Quien se aparte
de Satanás y crea en Allah, se habrá aferrado al asidero
más firme, que nunca se romperá.” (2 : 256)
El Profeta () destacó este punto al decir:
“Todo aquel que diga que no existe nadie digno de
adoración excepto Allah y niegue todo lo que se pueda
adorar aparte de Allah, entonces su riqueza y su vida son
sagrados, y su juicio corresponde a Allah”. (Registrado
por Muslim)
Si bien esta condición debería ser obvia para todos los que
dicen las palabras de la shahaadah, es posible encontrar
musulmanes que dicen la shahaadah y luego dedican actos
de adoración a otros que Allah. Se los puede ver en los
cementerios adorando a quienes están en las tumbas.
Realizan actos de adoración, pero no en nombre de Allah,
sino en nombre de los “santos” (aulia) que están muertos
en sus tumbas.
Respeto hasta la muerte
La novena condición de la shahaadah es que el musulmán
respete la shahaadah hasta la muerte. Es una obligación si
se quiere que la shahaadah tenga algún significado en el
Más Allá. Uno no puede dormirse en los laureles de lo
hecho en el pasado. Por lo tanto, la shahaadah debe ser un
estandarte hasta el momento de la muerte. Dice Allah en
el Corán:
“¡Oh, creyentes! Temed a Allah como es debido y no
muráis sino sometidos a Él.” (3 : 102)
“Y que Muhammad es el Mensajero de
Allah”
Para ingresar al Islam uno debe testificar que no existe
nadie digno de alabanza excepto Allah y que Muhammad
es el Mensajero de Allah (). Muchas veces se ha hablado
de la primera parte de la shahaadah o testimonio. Sin
embargo, también es importante entender el significado y
las implicaciones de la segunda parte de la shahaadah. De
hecho, a veces uno se aleja del Camino Correcto y del
Islam porque no implementa correctamente la segunda
parte de la shahaadah.
El Profeta elegido
Cuando uno atestigua que Muhammad es el Mensajero
de Allah, está diciendo que el Profeta Muhammad () fue
elegido por Allah para ser Su Mensajero y transmitir Su
Mensaje. Dice Allah en el Corán:
“Tu Señor es Quien crea y elige” (28 : 68)
Allah crea y tiene poder de hacerlo todo. Allah escogió
específicamente al Profeta Muhammad () para ser Su
Mensajero. En otro versículo Coránico, Allah dice lo
siguiente:
“Allah sabe mejor que nadie a quién confiar Su
Mensaje.” (6 : 124)
Esto implica algunas de las características del Profeta
Muhammad () pues obviamente Allah, debido a Su
justicia, sabiduría y misericordia, no habría escogido a
alguien que es traicionero o que miente para ser Su
Mensajero. Allah no escogería para una misión tan
importante a alguien que no transmitiera el mensaje o que
utilizara la posición para su propia ventaja. Si alguien
dice que el Profeta () no transmitió el mensaje completo
o que lo distorsionó de una u otra manera, está en
realidad diciendo que Allah no sabía quién era la persona
correcta para ser su mensajero. Y eso es no creer en Allah.
Un Profeta para todo tiempo y lugar
En segundo lugar, cuando uno realiza la shahaadah,
también está atestiguando que el Profeta () fue enviado
para toda la humanidad hasta el Día del Juicio. Dice Allah
en el Corán:
“Di: ¡Oh, hombres! Ciertamente soy el Mensajero de
Allah para todos vosotros.” (7 : 158)
Además, el Profeta () dijo:
“Me han sido concedido cinco aspectos que no le fueron
dados a ningún profeta antes que a mí... [Uno de ellos es]
que todos los profetas fueron enviados solo para su
pueblo mientras que yo fui enviado para toda la
humanidad”. (Registrado por al-Bujari y Muslim)
Es un deber moral que todas las personas desde los
tiempos del Profeta () hasta el Día del Juicio crean y
sigan al Profeta (), porque si el mensaje del Islam llega
claramente a una persona pero ésta sigue negándose a
creer en el Profeta () y seguirlo, entonces es un no
creyente e irá al Fuego del Infierno tras su muerte – a
menos que se arrepienta y adopte el Islam antes.
Esto también implica que las enseñanzas del Profeta y su
tradición son válidas para toda la humanidad hasta el Día
del Juicio. Es decir, su ejemplo y sus enseñanzas no eran
solamente para el pueblo árabe de ese tiempo. Por el
contrario, son iguales de válidas y tan importantes para
todos los musulmanes de hoy, estén en Malasia o Nueva
York.
Algunos parecen resistirse a la idea de que tienen que
seguir al Profeta (). Si se resisten, deben darse cuenta de
que están yendo contra aquello que sus bocas han
atestiguado. Han atestiguado su fe en el mensaje del
Profeta, que incluye tanto la revelación que recibió de
Allah, el Corán, como su tradición, que está dirigida a toda
la humanidad – incluyendo a todos y cada uno de los que
hoy están vivos.
Prédica perfecta
En tercer lugar, cuando uno declara la shahaadah, está
atestiguando que cree con certeza que el Profeta
Muhammad () transmitió el mensaje – y que lo
transmitió con corrección, totalidad y claridad. Dice Allah
en el Corán:
“Por cierto que Nuestro Mensajero sólo tiene la
obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.”
(24 : 54)
El Profeta () mismo dijo:
“Los he dejado en un camino iluminado cuya noche y día
son iguales. Quien se aleje de él luego de mi muerte se
habrá extraviado”. (Ibn Mayah)
El Profeta () transmitió toda la guía y la revelación
recibidas de Allah. La transmitió y explicó de manera
clara. Por lo tanto, cuando uno pronuncia la shahaadah,
también atestigua que el Profeta () transmitió todos los
aspectos de la religión – tanto sus aspectos fundamentales
como los secundarios. No hay parte de la religión que uno
necesite como guía que no fuera transmitida a la
humanidad o que Allah o el Profeta () hayan olvidado.
Por lo tanto, cuando está presente esta guía completa y
clara que nos trajo el Profeta (), no hay necesidad de que
el musulmán busque otras fuentes de guía. No hay
necesidad de acudir a los libros de los judíos o cristianos.
De hecho, el Profeta () le dijo a ‘Umar, cuando lo vio
leyendo la Torah, que si el Profeta Moisés estuviera vivo
en ese momento, también habría seguido al Profeta
Muhammad (). No hay necesidad de que el musulmán
acuda a los filósofos griegos, por ejemplo, para
comprender la teología. De hecho, no hay necesidad de
acudir a ningún otro tipo de enseñanza religiosa o
espiritual. Todo lo que hace falta se encuentra en el Corán
y la tradición profética. Eso es parte de lo que los
musulmanes atestiguan. El musulmán atestigua que el
Profeta () transmitió todo el mensaje. Todo eso es parte
del significado de la shahaadah.
Cuando uno declara “Muhammad es el Mensajero de
Allah”, también está declarando que es el último profeta
enviado por Allah. Dice Allah en el Corán:
“Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros
hombres, sino el Mensajero de Allah y el sello de los
Profetas” (33 : 40)
No habrá otro profeta después del Profeta Muhammad
(). No vendrá otro profeta ni otra escritura que
contradiga lo que trajo el Profeta Muhammad (). Aún
más, si alguien que venga después del Profeta
Muhammad () dice ser profeta, se sabrá
automáticamente que es un mentiroso y embustero. Debe
ser rechazado y se deberá declarar que es un falso profeta.
Aceptar como profeta a cualquiera que venga después del
Profeta Muhammad () es anular la declaración de la
shahaadah.
Las obligaciones de la Shahaadah
Cuando uno realiza el testimonio de fe o la shahaadah, no
sólo implica que uno cree en ciertas cosas sino también
que acepta ciertas responsabilidades que surgen de ella.
Por ejemplo, cuando dice que nadie es digno de adoración
excepto Allah, para que esa shahaadah sea correcta,
significa que está tomando la responsabilidad de no
adorar a nadie que no sea Allah. De igual manera, cuando
uno dice “atestiguo que Muhammad es el Mensajero de
Allah”, está aceptando ciertas responsabilidades con
respecto al Profeta Muhammad (). Cuando carece de
alguna de esas responsabilidades, carece de un
cumplimiento pleno de su testimonio de fe. Puede incluso
llegar al punto de negar su shahaadah completamente
negándose a cumplir su responsabilidad con el Profeta
Muhammad ().
Amor
Una de estas obligaciones hacia el Profeta () es amarlo.
No se trata solamente de cualquier forma de amor, sino
de amar al Profeta () más que a cualquier cosa o persona
en este mundo. Dice Allah en el Corán:
“Diles [¡Oh, Muhammad!]: Si vuestros padres, hijos,
hermanos, esposas y familiares, los bienes que
hayáis adquirido, los negocios que temáis perder y
las propiedades que poseáis y os agraden son más
amados para vosotros que Allah, Su Mensajero y la
lucha por Su causa, pues entonces esperad que os
sobrevenga el castigo de Allah; y sabed que Allah no
guía a los corruptos.” (9 : 24)
Modelo a seguir
En segundo lugar, cuando uno realiza el testimonio de fe,
significa que está aceptando al Profeta Muhammad ()
como su ejemplo a seguir, sobre cómo vivir y comportarse
de una manera correcta y complacer a Allah. Dice Allah
en el Corán:
“Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de
valor y firmeza en la fe] para quienes tienen
esperanza en Allah, [anhelan ser recompensados] en
el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a
Allah.” (33 : 21)
Allah también dice:
“Di: Si verdaderamente amáis a Allah ¡Seguidme! Y
Allah os amará y os perdonará los pecados. Allah es
Absolvedor, Misericordioso.” (3 : 31)
Es muy extraño ver que algunas personas declaran el
testimonio de fe y declaran que Muhammad es el
Mensajero y Profeta de Allah, pero a la vez no lo
consideran un ejemplo de vida a seguir por todos los
creyentes. No solo no lo toman como ejemplo para sí
mismos, sino que rechazan a quienes lo hacen. Esto no es
más que una señal de que esa persona no entiende con
claridad el significado y las implicaciones del testimonio
de fe que ha realizado. El Profeta () ha dicho:
“Juro por Allah que tengo temor de Allah y tengo más
conciencia de Él que todos ustedes. Pero también ayuno y
rompo mi ayuno, rezo y duermo [por la noche] y me caso
con mujeres. Todos los que se alejen de mi tradición no
serán de los míos [es decir, no serán sus verdaderos
seguidores]”. (Registrado por al-Bujari).
En este hadiz, el Profeta () explicó que él es el más
temeroso y consciente de Allah. Por lo tanto, no hay
excusa válida para no seguir su ejemplo y su guía. Pero
también dijo que quien se aleje de su práctica y su
ejemplo no será como él. Uno no puede decir que cree en
el Profeta Muhammad () y lo acepta, y al mismo tiempo
negarse a aceptar su vida como el ejemplo a seguir.
Reglas con respecto a quien viole la Shahaadah
Todo aquel que viole conscientemente la shahaadah se
convertirá en un no creyente. Hay consenso entre los
expertos en este punto. Por ejemplo, si alguien adora a
algo o alguien junto con Allah, como adorar a Jesús y
Allah al mismo tiempo, entonces esa persona será un no
creyente. De igual manera, si alguien maldice al Profeta
() o dice que es un mentiroso, esa persona habrá violado
la segunda parte de su testimonio de fe y, por lo tanto,
estará fuera de la órbita del Islam.

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