paz

El Islam es una religión de Paz
Islam significa someterse a Dios, obedecerlo y no adorar a nadie más que a
Dios. No existe nada beneficioso para el ser humano que el Islam no haya ordenado
hacer, como tampoco existe nada perjudicial que el Islam no haya
prohibido. Aplicar el Islam garantiza a las personas que puedan vivir seguros y
en paz, a la luz de un sistema que salvaguarda los derechos de todos.
Dios () dice:
Diles: Venid que os informaré lo que vuestro Señor os ha
prohibido: No debéis asociarle nada y seréis benevolentes
con vuestros padres, no mataréis a vuestros hijos por temor
a la pobreza, Nosotros Nos encargaremos de vuestro
sustento y el de ellos, no debéis acercaos al pecado, tanto
en público como en privado, y no mataréis a nadie que
Dios prohibió matar, salvo que sea con justo derecho. Esto
es lo que os ha ordenado para que razonéis. No os apropiéis
de los bienes del huérfano si no en para su propio beneficio
(del huérfano) hasta que alcance la madurez;
mediréis y pensaréis con equidad. No imponemos a nadie
una carga mayor de la que pueden soportar. Cuando habléis
(para declarar o decir algo) deberéis ser justos, aunque
se trate en contra de un pariente, y cumpliréis vuestro
compromiso con Dios. Esto es lo que os ha ordenado para
que recapacitéis. (6:151-152)
Y Dios () dice también:
Dios ordena ser equitativo, benevolente y ayudar a los parientes
cercanos. Y prohíbe la obscenidad, lo censurable y
la opresión. Así os exhorta para que reflexionéis. (16:90)
Por lo tanto, la religión del Islam en una religión de paz en todos los significados
de la palabra. Esto se aplica al nivel interno de la sociedad musulmana,
como dice Dios () en el Corán:
Y quienes ofenden a los creyentes y a las creyentes sin
tener motivo, he aquí que cometen un pecado evidente.
(33:58)

Muhammad (), el Mensajero de Dios, dijo:
“El verdadero musulmán es aquel de cuya lengua y manos están a salvo las
personas, y un emigrante es aquella persona que deja lo que Dios ha prohibido”.
(Al-Bujari y Muslim)
También dijo:
“Un creyente es alguien en quien la gente cree”.
El Islam provee paz a un nivel internacional formando relaciones amistosas que
se funden sobre la seguridad y la estabilidad, aplicando los fundamentos Islámicas.
Más aún, una sociedad musulmana jamás agrede a otra sociedad, especialmente
aquellas que no persiguen al Islam ni a los musulmanes.
Dios () dice:
¡Oh, creyentes! Entrad todos en la religión del Islam (sometiéndoos
a Dios) y no sigáis los pasos de Satanás; ciertamente
él es para vosotros un enemigo manifiesto.
(2:208)
La religión del Islam ordena la justicia y prohíbe la opresión, incluso a aquellos
que son sus enemigos.
Dios () dice:
¡Oh, creyentes! Sed firmes con (los preceptos de) Dios,
dad testimonio con equidad, y que el rencor no os conduzca
a obrar injustamente. Sed justos, porque de esta forma
estaréis más cerca de ser piadosos. Y temed a Dios; Dios
está bien informado de lo que hacéis. (5:8)
As-Salam, el Pacificador, uno de los Preciosos Nombres de Dios, dice:
Él es Dios, no hay otra divinidad salvo Él, Conocedor de lo
oculto y de lo manifiesto. Él es Clemente, Misericordioso.
(59:23)
As-Salam es uno de los nombres del Jardín de Dios, el Paraíso. Dios, Altísimo
sea, dijo:
Y ellos tendrán una morada donde reinará la paz (el Paraíso)
junto a Su Señor, quien es su Protector, como recompensa
por sus obras. (6:127)

As-Salam es el saludo de la gente del Paraíso. Dios () dice:Su saludo el día que se encuentren con Él (en el Paraíso)
será: ¡As-salam (Paz)! Y por cierto que les tiene reservada
una recompensa generosa. (33:44)
As-Salam es también el saludo que usan los musulmanes entre sí, ¡As-salamu
Alaikum! Es un saludo que brinda tranquilidad, calma y serenidad tanto a quien
saluda como a quien es saludado. Esto es por la expresión de seguridad que
implica este saludo. El Profeta () mencionó que esta es una de las acciones
que perfecciona la fe de las personas. Dijo:
“No entraréis al Paraíso hasta que alcancéis la fe completa, y no alcanzaréis la
fe completa hasta que os améis unos a otros. ¿Queréis que os indique cómo
podéis establecer el amor entre vosotros? Difundan el saludo del „Salam‟ (Paz)
entre vosotros tanto como puedan”. (Muslim)
Muhammad (), el Mensajero de Dios, estableció que esta es una de las mejores
acciones, ya que el saludo acerca los corazones y los ablanda cuando se
saluda o se es saludado. También elimina toda diferencia y odio que pueda
haber entre las personas.
Cuando le preguntaron al Profeta () cuál es la mejor acción del Islam, él respondió:
“Alimentar al pobre y saludar diciendo Salam a quienes conocéis y a quienes
no”. (Al-Bujari y Muslim)
Por lo tanto, la religión del Islam trajo leyes y normas en lo que respecta a tratados
comerciales, guerra, matrimonio, economía, política, adoración, etc. Vino
para que una sociedad ideal y virtuosa implemente y regule una relación entre
un musulmán y su Señor, su sociedad y el mundo que lo rodea, ya sea el mundo
de los seres humanos o su medioambiente. La humanidad no es capaz de
producir un sistema completo de vida como el Islam. Una religión de tal perfección
y tan abarcartiva merece ser adoptada, difundida, pero de ninguna manera debe ser combatida.
Uno de los prejuicios más frecuentes en lo que concierne al Islam es la acusación que se le hace de ser una
religión guerrera y violenta y la de haberse expandido por la fuerza.
Alimentan esta postura la propaganda de los medios de difusión masivos con un tratamiento antojadizo
de la situación en las regiones islámicas y sus conflictos y, en general, toda la educación e información que
sobre el Islam se transmite en occidente, empezando por los textos de historia de los colegios de enseñanza
media. El tema de la 'guerra santa' es citado por muchos pero comprendido por muy pocos.
Digamos en primer lugar que el Islam compromete totalmente al individuo y a la sociedad por la Causa
de Dios, que es la causa de la Justicia entre los hombres. Una de las obligaciones del musulmán es 'ordenar el
bien e impedir el mal', y esto constituye un acto obligatorio de la fe islámica. El musulmán sabe que la
verdadera piedad reside en una conducta comprometida con sus hermanos en la fe y sus congéneres, y en esto se guía por el dicho del Profeta quien dijo:
'Ninguno de vosotros alcanzará la fe (verdadera) hasta que ame para su hermano lo que ama para sí
mismo'. Y dijo también:
'Quien comienza su día y no se interesa por los asuntos de los musulmanes, no es de los nuestros'.
Bastan estas referencias para comprender que en el espíritu de la religión islámica no se percibe esa
dualidad (generalmente hipócrita) entre el poder temporal y la esfera religiosa. El Islam es una unidad y
ningún asunto humano le es ajeno. En el Islam, la religión, la política, la economía o el gobierno de un estado
no están separados, sino integrados en una misma unidad de acción y concepción.
El Islam prescribe entonces la lucha en legítima defensa ante la agresión externa que sufra el pueblo
islámico. La legítima defensa (de su territorio, de sus bienes y recursos naturales, de su modo de vida, de su
libertad y creencias) es un derecho inalienable de toda comunidad así como de todo individuo. Tal lucha, en
defensa de valores sagrados como la libertad, la fe y los bienes legítimos, es para el Islam una lucha sagrada,
es el Yihád o combate por la Causa de Dios.
“Combatid por la Causa de Dios a quienes os combatan. Pero no os excedáis o provoquéis, porque
Dios no Ama a los agresores”. (2:190)
“¿Qué os impide combatir por la Causa de Allah y la de los indefensos oprimidos: hombres, mujeres y
niños que claman: '¡Señor nuestro! ¿Sácanos de esta ciudad de gente opresora, y concédenos de Tu parte un
protector, y danos de Tu parte un socorredor!”. (4:75)
A lo largo de la historia, desde sus mismos inicios, el Islam se expandió por la persuasión y el valor del
ejemplo, ejemplo de justicia y comprensión.
El imperio Romano y el Persa atacaron al Islam en sus orígenes, y éste respondió a sus agresiones con la
fuerza de la fe pese a la inferioridad de recursos. Los musulmanes fueron recibidos como libertadores en esos
extensos territorios del mundo antiguo.
¿Acaso si los musulmanes hubieran sido injustos hubiera perdurado la fe islámica en esas regiones (el
Cercano Oriente, Irán) hasta hoy día, o en otras, como China, África, o el Sudeste Asiático? O tomemos el
ejemplo de las cruzadas, ¿no fueron acaso promovidas por occidente en aras de una pretendida causa
religiosa, que era más bien hegemónica, económica y política?.
El Islam sostiene que la violencia es de dos tipos: aquella que es agresión, injusticia y opresión, y la que
con justicia se opone a ellas.
Las sociedades humanas, y la humanidad en su conjunto, son como un cuerpo vivo sujeto a las
condiciones dinámicas del desarrollo, la enfermedad, etc. Cuando un organismo extraño penetra en el cuerpo
humano, éste se defiende apelando a su sistema inmunológico, ataca al intruso y da cuenta de su presencia
con fiebre y otros síntomas. ¿A alguien se le ocurre pensar que esta violencia del cuerpo contra otros seres
vivos que pueden alterar su equilibrio y llevarlo a la muerte, es injusta?. Desde luego que no.
De manera análoga las sociedades deben defenderse de aquello que las socava y pretende destruirlas,
llámese corrupción o injusticia, violencia, terrorismo, iniquidad, mentira o engaño.
Islam significa paz, y las condiciones para la licitud de la guerra en la ley islámica son muy precisas: debe
existir el antecedente de una agresión o una amenaza cierta de ella que ponga en peligro a la comunidad
islámica. Jamás los musulmanes fueron agresores, y las ocasionales injusticias de algunos hipócritas y
desviados no permiten generalizarlo al conjunto. La orden de Revelación es preferir siempre la paz.
“Y si se inclinan hacia la paz, ¡Inclínate tú también a ella!, y confía en Dios”. (8:61).
“Si se apartaron de vosotros y (ya) no os combaten, y os ofrecen la paz, entonces Dios no os faculta
para subyugarlos”. (4:90)
Más aún, debemos al Islam la humanización de la guerra.
Catorce siglos antes de la Convención de Ginebra (Protocolo de 1925) el Profeta Muhammad r sentó el
precedente y ordenó el trato humanitario de los prisioneros, el respeto de las propiedades privadas del campo
enemigo, la no agresión a personas no involucradas en el combate, el respeto de los acuerdos, etc., todo lo cual
las avanzadas naciones occidentales no respetan (pese a los acuerdos que firmaron) ni siquiera hoy día.
Esta apretada reseña de la posición del Islam ante la violencia y, sobre todo, el testimonio objetivo de la
historia, muestran que el Islam y los musulmanes son en verdad los agredidos y no los agresores. Y así seguirá
siendo mientras haya musulmanes que mantengan en alto la bandera de la justicia, y proclamen la verdad.
“Sois (musulmanes) la mejor comunidad que jamás se haya suscitado entre los hombres: Ordenáis el
bien, prohibís el mal y creéis en Dios”. (3:110)