Para convertirse en musulmán, no se necesita realizar ningún rito religioso específico
o tradición, ni tampoco debe hacerse en un lugar en particular o en
frente de la gente. Esto es porque en el Islam, la persona tiene relación directa
con su Señor sin intermediarios.
Tan sólo con creer y declarar que hay un solo Dios y que Muhammad () es Su
siervo y mensajero, uno se convierte en musulmán. Luego de hacer esta declaración
de fe con sinceridad, cada pecado que la persona haya cometido en su
vida hasta ese momento es perdonado. Dios () dice en el Sagrado Corán:
Salvo quienes se arrepientan, crean, y obren correctamente. A
éstos, Dios les perdonará sus pecados y en su lugar les registrará
buenas obras; y Dios es Absolvedor, Misericordioso. (25:70)
Así comienza la vida de un musulmán, alguien que se
somete a la voluntad de Dios. Para los no musulmanes
que han aceptado el Islam, su recompensa será el doble,
por su creencia en los mensajeros y también por la
creencia en Muhammad ().
Dios () dice:
Quienes recibieron Nuestra revelación anteriormente
(judíos y cristianos) creyeron en él (el
Corán). Y cuando se les recitaba (el Corán) decían:
Creemos en él; por cierto que es la Verdad que
proviene de nuestro Señor. Ya nos habíamos sometido
a Dios antes de esta revelación.
Éstos son quienes recibirán su recompense suplicada por haber sido
perseverantes, y haber respondido con buenas acciones a aquellos que
les trataron de mal modo, y haber dado en caridad parte de lo que les
habíamos proveído. (28:52-54)
Además, Dios borra todos los pecados que se hayan cometido antes de aceptar
el Islam. El Profeta () dijo: “El Islam borra todos los pecados anteriores”
(Muslim)
Dios () dice en el Sagrado Corán:
Les haremos ver Nuestros signos en los horizontes, y en ellos
mismos, hasta que se les evidencie (a través de ellos) la Verdad.
¿Acaso no es suficiente tu Señor como Testigo de todo? (25:70